Cierra los ojos

Cierra los ojos
"Solo cierra los ojos, y olvidate de todo..."

martes, 18 de enero de 2011

15º Capítulo

El nublado amanecer comenzó a iluminar tenuemente el bosque. Dos figuras recostadas en el pasto observaban como las nubes iban adquiriendo extrañas tonalidades ambarinas propias del día naciente.
Unos pocos rayos de sol lograron filtrarse entre la capa de nubes, haciendo brillar como diamantes la piel de los dos vampiros en el césped. Por lo demás, el día se perfilaba como un perfecto día nublado. Lo cual les dejaba la vía libre a Kira y Ariam para recorrer la nueva ciudad.
-¿En qué piensas?-preguntó Ariam al tiempo que acariciaba dulcemente el rostro de Kira.
-Pienso, que por fin puedo llevarte a la ciudad sin ocultar tus ojos.
-¿De veras?-inquirió incrédulo.
-Por supuesto, no es el color caramelo de mis ojos…
-Esos ojos que adoro-le susurró rápidamente interrumpiéndola. Kira dejó escapar una risita.
-Bueno, la idea es que tienen un color marrón, como lodo o algo así. Y son suficientemente “humanos” para no llamar la atención.
-Entonces qué esperamos para conocer la ciudad.-se puso rápidamente en pie, pero Kira se levantó a la par y lo tomó del brazo.
-Espera.-dijo volteándolo y dándole un beso en la mejilla.- Primero, hay que esperar que se haga más de día, dos “humanos” caminando tan temprano llamarían la atención. Y segundo, tenemos que ir a alimentarnos. La última vez fue la semana pasada, y no pienso arriesgarte con tantos humanos alrededor.
Ariam aceptó y juntos se adentraron al bosque para buscar algún animal del cual alimentarse.
Pasado el mediodía los dos vampiros entraron a la ciudad para recorrer las calles abarrotadas de locales de comercio. Encontraron un enorme parque en el cual una feria de artesanos ofrecía todo su color acompañados por la música de un circo callejero que iluminaba todo el lugar con sus llamativas luces.
Cuando se hiso de noche, después de la función del circo callejero al que Kira no pudo resistirse, se encaminaron al bosque para evitar llamar la atención de otras personas.
Caminaron por la calle principal unas cuadras, que aún se veía ligeramente activa, con unos bares y clubes abiertos y algunos transeúntes que regresaban a sus hogares. Luego se desviaron a una calle lateral, la cual estaba prácticamente despoblada, solo las luces del alumbrado público iluminaban el asfalto y parecía que el ligero bullicio del centro no llegaba hasta allí.
Cuando solo quedaban dos cuadras para llegar al límite de la ciudad escucharon un alboroto en una calle pequeña que conectaba con el centro.
Al principio Kira y Ariam decidieron ignorarlo, pero el grito de una muchacha los hiso desandar los poco metro hasta la calle para ver qué sucedía.
Una chica de cabello pelirrojo corto forcejeaba con un alto hombre fornido que intentaba sacarle la mochila y tal vez algo más. La chica debía tener cuando mucho 16 años, era menuda y su piel pálida, casi como la de un vampiro.
Instintivamente Ariam tomó a Kira y la alejó de allí, pero ella puso resistencia y lo miró a los ojos.
-Tenemos que ayudarla.-dijo con firmeza, no podría caminar tranquila sabiendo que esa niña estaba allí, en serios problemas, y ella no había hecho nada por ayudarla.
-Kira, no es nuestro problema.
-No me importa que no lo sea, a nosotros no nos hará daño de ninguna manera y tú lo sabes.
-Kira, por favor, ¿Que sucede si alguien nos ve como vampiros? ¿O si tenemos que pelear con ese hombre? Podría perder el control y tú lo sabes.
-Yo sólo sé que debo ayudarla.-sin decir más corrió hacia la calle done habían visto a la chica pelirroja.
Ariam salió detrás de Kira. Llegaron al mismo tiempo. Parados allí, vieron como el delincuente golpeaba una vez más a la chica y la dejaba inconsciente en el suelo. Uno hilo de sangre brotaba de su nariz y tenía un corte muy profundo en la frente que dejaba escapar mucha sangre.
Ariam retrocedió preocupado, conteniendo el aire para no dejarse llevar por el olor a sangre. Pero Kira tenía más autocontrol. Al ver que el hombre comenzaba a desvestir a la muchacha arremetió contra él. Lo golpeó fuertemente, lo tomó por la playera y lo puso contra la pared.
Se estaba preparando para morderlo y beber su sangre hasta que ese hombre desapareciera de la tierra. Pero entonces miró sus ojos, vio el terror en ellos, y recordó a su familia… y lo soltó.
-Vete.-dijo fríamente- Desaparece de aquí antes de que me arrepienta de dejarte con vida.- El hombre miró espantado a Kira, dirigió una fugaz mirada al cuerpo inmóvil de la muchacha y luego comenzó a correr deseando que todo lo que había visto no fuera más que una pesadilla.
Cuando el hombre se perdió de vista, Kira regreso juntó a la chica. Ariam se había acercado a ella, aún sin respirar, para ver mejor sus heridas. Pero a ella no le hiso falta que nadie le explicara nada. El corte en la frente era horrible, ahora emanaba poca sangre pero debajo de la cabeza de la chica se veía un gran charco rojo. Su piel estaba pálida como el papel, sus ojo se veían amoratados y sus pulso y respiración eran débiles e irregulares, había momento en los que n siquiera respiraba.
Kira se mordió el labio, al tiempo que se arrodillaba junto a ella. Sus ojos picaban y ardían, de haber podido llorar estaría bañado en lágrimas. Sintió la mano de Ariam en su hombro.
-No hay nada que podamos hacer.-dijo rápidamente, para no aspirar el olor de la sangre, por más que el cuerpo de la chica estuviera prácticamente vacío.
Kira quiso ponerse en pie, pero algo dentro de ella no se lo permitía. Todavía había algo que podía hacer algo. Miró una vez más a la chica y extrañamente encontró un parecido con su hermana, y al pensar en Maelí supo qué debía hacer.
Comenzó a acercarse lentamente a la chica. “Podría ser una buena hermana mayor para ella, incluso una gran madre”. Acarició el rostro níveo y aspiro profundamente el olor de la sangre. “Estoy haciendo lo correcto. Voy a salvarla” Apartó la ropa para poder ver bien su cuello aunque al momento e dio cuenta que no podría morder su cuello. Tomo la mano de la chica y se la acercó a la boca.
-¿Kira?-la voz preocupada de Ariam casi la hace desistir. Pero podía oír como se iban extinguiendo los latidos del corazón de la chica. Entonces tomó aire una vez más y mordió la mano de la chica bebiendo un poco de sangre.- ¡Kira!
Sintió como Ariam la tomaba de los hombros y tiraba de ella para apartarla de la muchacha. Para su sorpresa le costó más de lo que había supuesto apartarse de la mano, pero supo detenerse antes de terminar e poco de sangre que quedaba en el cuerpo.
-Kira, ¿Qué has hecho?-Ariam la miraba preocupado. Yo por el hecho en sí, sino porque sabía bien que Kira nunca bebería la sangre de un humano.
-No hay tiempo, hay que llevarla al bosque.-dijo rápidamente mientras tomaba a la chica de suelo. Ésta comenzaba a sentir los efectos de la ponzoña. Su corazón comenzó a latir rápidamente y la herida de su frente dejo de sangrar.
En unos minutos llegaron al lugar en el bosque donde se ocultaban. Kira acomodó a la chica en el césped y luego se enfrentó a Ariam.
-Ariam… yo… lo lamento-dijo bajando la vista. De pronto se dio cuenta que pensaba unir a alguien más a su vida, y que había olvida totalmente que ahora compartía su vida con Ariam.
-¿Por qué lo sientes?-preguntó él acercándose y rodeándola con sus brazos.
-¿No estás molesto?
¿De que quieras convertir a esa chica? Pues, debo decir que no me encanta la idea, pero sé que t no podrías haber vivido dejándola morir.-acarició su rostro dulcemente y la besó cortamente.- Pero tú te encargarás de explicarle todo, ¿De acuerdo?
-Si.-dijo ella con una sonrisa y abrazó a Ariam fuertemente.
Pero en ese momento los interrumpió un grito de dolor de la chica. Kira estuvo en un segundo junto a ella. Pudo ver como se estremecía y agitaba por la recién comenzada transformación.
La chica abrió los ojos de un penetrante color gris y miró a Kira suplicante.
-¡Fuego!-grito en medio de su hoguera interna-¡Ayúdame! ¡Por favor!
Kira sintió una vez más el ardor en sus ojos, recordando su dolorosa transformación. Acarició el rostro de la chica. Se quedaría con ella hasta que la transformación terminara, necesitaba saber que ella entendería todo lo que le estaba sucediendo.
-No hay ningún fuego. No te preocupes, yo estaré a tu lado.